El mundo parece estar cambiando a pasos agigantados, el resultado en las elecciones de EEUU así parece reflejarlo.
A propósito de todo esto, uno de mis textos favoritos:
"como ocurre algunas veces, siempre queda la búsqueda audaz de la guerra contra el bárbaro, el forastero.
El joven Olgarca replicó con tristeza:
—Excepto ustedes dos, no quedan bárbaros ni forasteros. La ciudad de Hispan es todo
lo que queda del mundo.
Sam lanzó una exclamación.
—¿Quiere decir que Nueva York, Londres, París, los grandes países han desaparecido? ¿Cómo? ¿Por qué?
Beltan pareció no ver el ceño de Gano, y si lo vio, no le hizo caso.
—La historia no suele contarse y cuando se hace sólo es para los Olgarcas —
respondió—. Pero como ustedes ya saben algo acerca del antiguo mundo exterior, no hay peligro en decírselo. Poco después de su tiempo, Sam Ward, aproximadamente hacia el siglo veintisiete, las naciones que entonces existían se hicieron cada vez mas fuertes dentro de sus fronteras. Fue el resultado lógico, aunque delirante, de las tendencias de la era de usted. Creo que sus temas fueron el nacionalismo y la autarquía. Según nuestros archivos, el proceso se aceleró —prosiguió Beltan—. Poco después las fronteras
nacionales llegaron a ser demasiado rígidas. Las tendencias nacionalistas, los patriotismos, se hicieron más impetuosos, más localistas. Cada nación, interrumpido su comercio con otras, limitada por fronteras inexpugnablemente fortificadas, dependiente sólo de sí misma para su economía, descubrió que surgían disputas dentro de sus confines. Los fuegos del localismo, del odio a los extranjeros, del fervor patriótico, al no encontrar nada externo con que alimentarse, se volvieron contra sus propios elementos vitales. Los hombres de cada comunidad, circunscripción, estado o ciudad, vituperaron a los hombres de otras comunidades, se jactaron de su superioridad. Comenzó una guerra sanguinaria. Surgieron nuevos nacionalismos, nacionalismos y odios establecidos sobre unidades más pequeñas. Los campos quedaron abandonados, al ser devastadas las granjas y aldeas indefensas por los ejércitos de las ciudades enemigas. La gente se refugió en éstas, donde existían ciertas medidas de protección. Poco después surgió el
grito: ¡Nueva York para los neoyorquinos! ¡Londres para los londinenses! ¡París para los
parisinos!
Le tocaba a Kleon el turno de asentir. La historia, pensó era sólo una eterna repetición.
Pues ¿qué estaba describiendo aquel Olgarca del futuro, sino la Grecia de Pericles y la guerra del Peloponeso?
—Poco después —prosiguió Beltan—, la guerra continuó a escala de ciudades independientes y poderosamente fortificadas. Las antiguas fronteras nacionales habían desaparecido; otras nuevas y mas estrechas las sustituyeron. Con el progreso de la ciencia, el alimento podía ser obtenido a partir de elementos inorgánicos. Se descubrió el secreto de la energía atómica. Las unidades políticas se hicieron cada vez más pequeñas y hostiles. Lucharon, pero las defensas eran inexpugnables. El campo no fortificado quedó totalmente abandonado, se hizo innecesario. Al correr de los años se convirtió en selvas o
en extensiones desérticas. Todo comercio cesó. Las ciudades crecían en sentido vertical,
en lugar de horizontal, encerradas como estaban en barreras insalvables. Generación tras generación se reforzaron esas barreras, dotándolas de los nuevos métodos científicos.
Una de éstas encierra a Hispan, otrora una colonia de sus Estados Unidos, y hoy única superviviente de todas las ciudades abarrotadas que en otro tiempo proliferaron sobre la Tierra."
Demás está decir lo que considero de los nacionalismos y el odio al extranjero, creo que este texto es muestra suficiente.